Programa “En Voz Baja” con Alejandro Vetrini. FM 101.1
Locutor: Aquí tenemos al artista plástico trujillano Asdrúbal Colmenárez, venido directamente desde Francia. Bienvenido Asdrúbal Colmenárez a nuestro programa es un honor tenerlo aquí
A.C: Es un placer para mí estar en Venezuela, siempre un placer ...porque la gente de aquí no la consigues en ninguna parte, siempre el calor. El calor del venezolano es el calor del caribe, como el de Puerto Rico, República Dominicana es la misma fuerza.
Locutor: Usted me estaba comentando que tiene 34 años viviendo en Francia, que es un punto de referencia indispensable para los artistas…
A.C: era…lo fue en un momento dado, porque produjeron los movimientos más importantes de principio y finales de siglo pasado, como el impresionismo, después vino lo que se llamo fauvismo y luego surrealismo. Todas esas cosas son importantes en la historia del arte.
Locutor: ¿Hay una mayor posibilidad en Francia o en otros países europeos de acercarse al arte?
A.C: Hay más información y …es como más cosmopolita. ¿Entiendes? Tu ves artistas de países como Corea, Japón, China, de todas partes. Entonces el intercambio es mucho mayor. En Francia el arte no se queda en lo aldeano, eso enriquece, tienes más contacto con algo diferente a tu cultura. No te encierras. Puedes compartir. Hoy en día realmente no existen centros de arte y la periferia es también importante, le están dando mucha importancia por ejemplo a el nuevo arte chino, después que se acabó la época de Mao. Como hay una abertura que se llama el libre intercambio, los chinos están haciendo un arte que no está mal, como un arte americano…
Locutor: Como un arte más occidental…
A.C: Sí, realmente se ha occidentalizado
Locutor: ¿Cómo definiría usted su obra?
A.C: Se podría definir como…cuando yo llego a París yo iba haciendo una pintura un poco surrealista, es normal porque Venezuela es un país con estructura surrealista, la gente es surrealista, cuando llego allá yo percibo que había un artista que hacía un trabajo muy parecido al mío que se llamaba Roberto Sebastián Mata, un artista chileno muy importante, entonces yo me dije: por ese camino no puedo seguir. Entonces empecé a investigar, para mí lo más importante del arte es la investigación, es por eso que la gente puede decir que yo cambio, Picasso cambiaba también. Mi vida artística también estaba muy ligada a mi vida afectiva, hay tanta gente que pasa por mi vida que yo cambio también. Al principio mi trabajo era muy conceptual, y aparece en muchos libros allá. Yo aparezco como en seis o siete libros, de críticos como Popper por ejemplo.
Locutor: Críticos y filósofos…
A.C: Familia lejos más bien, porque son críticos de origen Checoslovaco. Son gente que escapó de la guerra y se fueron a Inglaterra...también el hecho de enseñar en la universidad me obligaba a estar siempre en la búsqueda de nuevos proyectos, de nuevos propósitos…
Locutor: Usted enseñaba. ¿Se dedica a la docencia todavía?
A.C: me dediqué toda la vida, ahora porque ya estoy viejo me jubilaron (risas).
Locutor: Usted hablaba de la búsqueda y de la modificación constante, y puso como punto de referencia a Picasso. Yo estaba revisando las tendencias, no se cómo llamarlo, o leit motiv de algunas de las producciones que usted ha realizado y aquí destacan algunas como voyage, penas de amor perdidas y latencia nómada. De alguna manera implican muy bien estos nombres su desplazamiento, su búsqueda, también la palabra fuga…
A.C: La palabra sería esa. Toda mi vida es una fuga permanente, porque yo creo que mientras yo continúe en esa fuga hay una inquietud de vida. Cuando tu ya no buscas más, no tratas de ir más lejos pues..
Locutor: ¿Pero eso no implica olvidar aquello que se descubrió o que se alcanzó?
A.C: No, es como una ganancia, un equipaje que tu llevas. Claro, que uno lo va aligerando porque sino sería un peso muy duro. Tu ganas con toda experiencia, la llevas contigo, la que consideres más importante.
Locutor: Claro. ¿Le gusta la música?
A.C: En principio, estoy un poco sordo. Es uno de los grandes problemas, pero Picasso lo era también (risas), me gusta.
Locutor: ¿Qué valor tiene el lugar de origen en su obra y en general en la obra de un artista?
A.C: Es muy importante. Hay un psicólogo que se llama Piaget, él dice que se juega hasta los ocho años, a partir de ahí ya tienes formado el inconsciente entonces eso repercute pues. Lo que tu recibes en los grandes países como Francia es un barniz de cultura que uno ignora de cierta manera, pero en el interior profundo, las raíces quedan. El trópico, yo pinto allá con más color que aquí porque yo creo que el artista trata de plasmar lo que más le hace falta. En psicología se ve eso, en psicoanálisis, completar las cosas que te faltan y hacer una forma.
Locutor: Bueno hacer el trabajo que se sabe hacer y que gusta hacer es la mejor terapia ¿no?
A.C: hay una satisfacción en el arte que tú no consigues con otra cosa, sobretodo cuando terminas una obra que te gusta, la satisfacción es muy grande.
Hay un artista amigo mío que dice que es el equivalente a una palabra que no podemos decir aquí (risas)…
Locutor: ¿Podemos hablar de etapas en su producción artística?
A.C: Sí, hay varias etapas. Una de ellas es la que me hace internacional, la primera etapa que es lo psicomagnético. Es ahora que acá la gente se interesa en lo psicomagnético, es decir, que pasaron 34 años para que la gente comenzara a pensar en ello. Yo creo que el público siempre está como en atraso, porque los artistas tienen un rol casi profético, meterse antes de su tiempo. A Van Gogh no lo entendieron sino mucho tiempo después. Luego viene la etapa de las partituras, que eran basadas en los órganos de Barbarí, unos papeles. Después viene una etapa que a la gente le encanta, la de los barcos. Era la exposición que hice en el (museo) contemporáneo que se llamaba Mare Nostrum. La época de los automóviles chatarra todavía a la gente no le afecta porque la gente va a la saga, pero es normal.
Es como yo con la música por ejemplo, me gusta el rock en general, la música electrónica, no lo puedo soportar... no es que sea renuente, es algo normal yo creo que dentro de un tiempo la aceptaremos.
Muchos artistas que yo conocí desde en su primera época, me fueron difíciles de entender.
Locutor: Podemos hablar de una referencia? Hay una referencia a la que se alude cuando uno emprende una labor… ¿Podría hablarnos de alguna?
A.C: No hay ningún artista que no tenga referencia. El artista que diga que no las tiene es hipócrita, las referencias no son malas. Para mi el arte es como una carrera de relevo en la que yo no voy a poder completar todas las ideas, tiene que haber nuevas generaciones que continúen y esas son las referencias.
La referencia más grande es una mujer, que para mí es la mejor artista latinoamericana de todos los tiempos, que se llama Ligia Clak, somos muy amigos.
Otra referencia para mi puede ser Jacob Pagan, Estela, luego conseguí mi propia vía.
Generalmente es así, tomas referencias pero luego sigues tu propio camino.
Locutor: Se trata de estudiar, de analizar puntos de vista, no?
A.C: Exacto, además se trata de empatía podría decirse o transferencias que se hacen con unos artistas y no con otros.
Locutor: Leí en alguna parte que alguien se refería a su obra como un encuentro entre el caos, entendido como búsqueda, y otra palabra que no recuerdo. Pero me llamó la atención el caos porque además esta palabra ha sido utilizada para definir la obra de muchos artistas contemporáneos. ¿Eso es cierto?
A.C: La teoría del caos dirige todo el universo, entonces, para mí, en el caos hay un cierto orden por lo que toda mi obra es por contraste: el caos y el orden. Yo utilizo muchas palabras que me permiten reafirmar algunas cosas que no aparecen en la obra, es lo que el filósofo Popper llamaría la paradoja. Entonces mi obra está llena de paradojas, eso es lo que le permite a mucha gente conseguir su punto de vista, en la obra va a conseguir algo que le pertenezca.
Locutor: De una manera muy reductora yo lo llamaría como flechas, puntos de referencia que me indican una dirección . Además el collage ayuda a interpretar de varias maneras una obra, o a concentrarme en un punto específico de la misma y no en el conjunto.
A.C: Se trata del interés de mezclar cosas que hasta ahora fueron como antagónicas, como lo informal con lo geométrico, con textos o con cosas figurativas. Eso implica un riesgo, pero me encanta…
Locutor: ¿Cómo recibe su obra el público europeo a diferencia del venezolano?
A.C: El público en todas partes es el mismo. Un artista no puede esperar a tener muchos fanáticos, mi profesor me decía que cuando tu pintura comienza a gustar mucho tienes que desconfiar porque algo anda mal. Es lamentable decirlo pero el artista es para una élite de gente que entiende, los cuales nunca serán muchos.
Locutor: Por supuesto, ¿pero hay alguna diferencia entre el nivel de aceptación que pueda tener su obra en Europa y el que pueda tener aquí?
A.C: En cuanto al espectador la diferencia es que el público francés es más cartesiano, va a decodificar la obra. Aquí es más una cuestión de emoción, te toca o no te toca. En Europa el espectador es más reflexivo y racional, en cambio el japonés es más visual. Puede ser que lo que les guste a los europeos es la parte de concepto y aquí lo que les atrae es el color, es como una locura porque esta es una sociedad de locos en efervescencia.
Locutor: ¿Cuál es el punto de partida de una obra? ¿Tiene una llegada?
A.C: Antes yo programaba en mi cabeza lo que iba a hacer pero ahora es como una energía que pasa a través de mí, como si yo fuera un medio y creo que a muchos artistas les pasa lo mismo.
Locutor: ¿Cuáles son los materiales que usted utiliza?
A.C: El material no es el que me da la idea, yo la tengo y busco el material. En principio, lo psicomagnético lo hice con imágenes después comencé a utilizar acrílicos y ahora utilizo materiales como silicón, hierro y otras cosas. Ahora mi trabajo es más emocional (risas), antes era más minimalista porque hay más riesgo y se calcula menos. De joven cada paso que daba me daba miedo, ahora nada me da miedo, por eso no me preocupa utilizar materiales como el silicón o hacer videos. Además, dicen que el miedo no quita el peligro (risas).
Locutor: ¿Hay alguna obra no realizada y que obligatoriamente tiene que hacer?
A.C: sí, pero las cosas tienen que darse paulatinamente. En la vida no hay que apurarse, en mi pueblo dicen: “lo que es de la iglesia al cura llega” (risas).