Enrico Armas combina sus iconos tradicionales, como el caballo, la cafetera, flores, nuevas y discretas figuras y una particular simbología, con trazos más liberados, más audaces, espontáneos y despejados de influencias. Son solo es el reflejo de su personalidad, de su forma de mirar al entorno que lo rodea y al cual se vincula. Es simplemente su reflejo interior el que muestra en su trabajo.
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