La obra de José Caldas produce un fuerte impacto cromático. Son colores primarios, puros, que sirven de vehículo para liberar toda la visión del artista. El resultado son unos paisajes muy propios de nuestros pueblos y ciudades, escenas interiores, tomadas de la cocina de esas casas donde la estufa, los mesones, las frutas y las miradas que a través de ventanas, se complementan con ese paisaje coloquial. José Caldas pinta lo que diariamente percibe, lo que le rodea. Son esas escenas que todos hemos visto, en alguna parte de la ciudad o fuera de ella, las hemos visto recientemente o en el tiempo, o permanecen en nuestra memoria.
Obras Exhibidas