Una íntima relación entre el hombre y la naturaleza define la obra de este artista Norteamericano que ha dedicado largos años de investigación al ser Americano en sus más profundas raíces. Con la fuerza del color que nos muestran esos rostros indígenas, podemos viajar hacia un pasado lejano donde el hombre gozaba de una libertad perdida en el modernismo. Son rostros plenos de color, de fuerza propia, cuyas expresiones, tal vez de asombro, nos hacen pensar en la reacción que tuvieron al ser vistos por primera vez. Rostros repetidos, con distinto colorido que transforman y modifican su actitud hacia el veedor, expresiones que denotan sorpresa y fascinación ante lo nuevo, indignación y enojo ante la intromisión, son rostros y auténtica expresión del ser que se ha ido, y que gracias a la perseverancia de hombres como Frank Hyder podemos contemplar nuevamente.

Frank Hyder está muy vinculado con Latinoamérica, desde hace más de diez años visita Venezuela con regularidad, ha convivido conjuntamente con su familia en el entorno venezolano, sus exposiciones en los principales museos venezolanos, así como en otros países Latinoamericanos, han sido de gran aceptación por parte del público. No pasa desapercibido que un artista Norteamericano impregne la sala con el colorido y la energía tropical de esas tierras y su gente, es la imagen de ancestros comunes, de costumbres compartidas y de un mundo más unido.

Tomas Kepets
Director
Coral Gables, Florida - USA
Abril del año 2003